Los estudiantes del programa Técnico Laboral en Fotografía y Video, de la Fundación Universitaria Comfenalco Santander vivieron una experiencia que calificaron como “extraordinaria y mágica” en su visita al Páramo de Santurbán.
Pedro Nel Martínez González y Gustavo Canal Quijano, docentes del programa Técnico Laboral en Fotografía y Video; Diana Paola Antolínez Flórez, gerente de EcoSanturban Travel y guía turístico
profesional.
Estudiantes del programa Técnico Laboral en Fotografía y Video:
Danna Marcela Sandoval Arciniegas, Karla Natalia Mogollón, Cristian Andrey Gutiérrez Quintero,
Aileen Marcela Fino Hernández, Lizeth Alejandra Sandoval Álvarez, Danna Katalina Torres Arenas,
Manuel Alejandro Flórez López, Adriana Valentina Ramírez Álvarez, Juan Andrés Pineda Torres, Edward
Camacho Pedraza, Danna Giseth Flórez Quintero, Gabriela Andrea Mejía Tapias, Nicolás Steven
Gualdrón Andrade, Juan David Ortiz Alarcón, Jean Pierre Angarita Martínez, Paula Alejandra Cortés
Arias, Santiago Díaz Quijano.
“El objetivo de la visita es que los alumnos tengan un contacto directo con el medio ambiente, que sean conscientes del espacio que los rodea y que conecten con los habitantes de los alrededores del Páramo para que, no solo apliquen los parámetros técnicos del manejo de una cámara, sino que transmitan historias y cultura con cada imagen”, explicó Pedro Nel Martínez González, docente del módulo de Fotografía del programa.
El recorrido inició con una Bucaramanga lluviosa y la expectativa de dieciocho jóvenes de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante su proceso de aprendizaje, pero también de conocer un entorno fundamental para nuestro medio ambiente. Con estas salidas pedagógicas la UNC hace patente su modelo pedagógico ABP – Aprendizaje Basado en Proyecto – acercando a los estudiantes a la realidad.
Después de hora y media de viaje se vislumbraban los hermosos paisajes, los cultivos y la fauna del lugar. El bus hizo su primera parada en el corregimiento de Berlín, del municipio de Tona, con el propósito de que los estudiantes y los profesores disfrutaran de desayunos típicos como el caldo de costilla con chocolate —bien calientito para el frío— y los huevos pericos con arepa.
Y el recorrido siguió mientras escuchaban atentos las enseñanzas sobre la agricultura, las tradiciones y la gastronomía del sector, por parte de Diana Paola Antolínez, guía turística, quien les expuso: “Tona fue fundada el 25 de febrero de 1550 y bajo su jurisdicción se encuentra Berlín cuyo nombre se dice que proviene de un viajero alemán que comparó tal clima con el de la capital del país europeo. Aquí, se observan ovejas, cóndores, patos y más especies; además de los cultivos de cebolla larga, cilantro, papa, zanahoria y otros productos”.
La siguiente parada fue en el municipio de Vetas, considerado como el pueblo más alto de Colombia,
con 3.057 m. s. n. m. en donde avanzaron 3 kilómetros hasta llegar al portón inicial del sendero
que los condujo a las famosas Lagunas Negras.
Siguieron caminando durante dos horas, a una altitud de 3.548 m. s. n. m. admirando y retratando los humedales, los laberintos entre las rocas, los colibríes, las ranas, las águilas; además de las múltiples flores como las orquídeas Epidendrum chioneum y Cyrtochilum revolutum, únicas en el Páramo de Santurbán, y los campos de frailejones endémicos que se encuentran en peligro de extinción.
Para Danna Katalina Torres Arenas, estudiante de la UNC, la experiencia fue inolvidable “conocimos las raíces de Berlín y de Vetas, sus ecosistemas, su importancia hídrica y su diversidad de fauna y flora, al tiempo que captábamos las vivencias de los pobladores en fotos. ¡Fue majestuoso! El aire puro y la neblina me transportaron a un estado de paz y reflexión”.
Entre charlas, agradecimiento y pasión por la fotografía el tiempo voló tanto que en un parpadeo ya estaban frente a una inmensa laguna que transmitía respeto, belleza y vida.
“En torno a las lagunas hay misterios e historias sorprendentes; por ejemplo, se cree que cuando los españoles invadieron la zona, los indígenas salvaguardaron sus tesoros tirándolos al fondo de ellas; por ende, algunos turistas afirman ver apariciones de indios que cuidan de esta maravilla geográfica. Sin duda alguna, siempre que se ingresa a un ecosistema o santuario de la naturaleza es importante hacerlo con respeto”, cuenta Diana Paola Antolínez.
Luego de una hora de admiración y trabajo fotográfico descendieron a 1.500 m que los llevó de nuevo al portón inicial del sendero donde los esperaba el transporte de regreso a Bucaramanga, pero antes hicieron tres paradas para recargar energías físicas y emocionales: la primera en una tienda de Vetas para degustar los tradicionales quesos, canelazos y arepas de trigo; la segunda, en un restaurante de Berlín y; la tercera, en la asombrosa represa de ese corregimiento.
Gustavo Canal Quijano, docente del módulo de grabación de video del Programa, manifiesta que “con la salida pedagógica no solo se buscó que los alumnos usaran sus conocimientos en temas como: los enfoques, los balances de blancos y los planos, sino que construyeran un reportaje, desde cero, acerca del Páramo. Esto les ayudará en un futuro laboral a desenvolverse en diferentes áreas sin problema, es decir, a ser polifacéticos laboralmente; pues se les enseña lo técnico y la pre, pro y posproducción de diferentes géneros periodísticos. Estoy orgulloso de mis pupilos y de su potencial”.
Juan Andrés Pineda Torres, estudiante de la UNC, señala que “gracias a la Universidad y al apoyo de Comfenalco Santander pudimos experimentar algo nuevo; me sentí genial al interactuar con los residentes del lugar, al comprender sus problemáticas y el amor por lo suyo, por su agricultura y por sus costumbres. Además, sé que el material que grabamos dará como resultado un reportaje increíble”.
